En una escena que parece sacada de un cuento de hadas, una mariposa se posó en el entrecejo de la flautista japonesa Yukie Ota mientras tocaba en las rondas preliminares del Concurso Internacional de Flauta Carl Nielsen, en Dinamarca.
La música se mostró imperturbable y, mientras la mariposa recorría su frente y abría sus alas, ella siguió con su inrerpretación de la «Sonatina para flauta y piano» de Pierre Sancan. Y le salió tan bien que quedó seleccionada para las semifinales, que se disputarán este viernes 19.
Ota aseguró que vivió un «momento mágico». «Fue una experiencia increíble la de estar justo en la ciudad del cuentista Hans Christian Andersen y que ocurra un poco de magia. Lo sentí como un saludo suyo», agregó la flautista, que dijo estar acostumbrada a la presencia de insectos porque suele tocar al aire libre.
Según explicó el entomólogo estadounidense Bob Robbins a la radio pública NPR, no fue la maravillosa música de Ota que atrajo a este espécimen de Aglais io, sino el sudor en la frente de la concertista. El especialista agregó que si se mira con atención, se puede ver como el insecto despliega su probóscide para tomar agua.
