Conflictos a medida y la triple pax que le conviene al Gobierno: así se presenta el pronóstico del clima mileísta en este inicio de diciembre. Pax cambiaria e inflacionaria, pax política y pax en la calle: por segundo año consecutivo, el gobierno de Javier Milei lleva a la mesa navideña una sensación térmica de una Argentina bajo control. Ingresar a diciembre sin sensación de zozobra es una experiencia de baja frecuencia en la Argentina de las crisis a repetición: generaciones enteras conocen la transmisión intergeneracional de los diciembre con inestabilidad total. No se da este año; no se dio el año pasado. En lenguaje futbolístico, tan apropiado para la actual coyuntura, el Gobierno entra a los idus de diciembre con la pelota controlada: el ritmo de la agenda política responde a su batuta. Y el conflicto en el que se está metiendo es uno elegido: el de la AFA y las denuncias de opacidad y corrupción que alcanzan a su presidente, Claudio “Chiqui” Tapia. Ese hueso, asegura alguien que conoce la trama del fútbol y también está cerca de la trama de la AFA, es un hueso mucho más duro de roer: “La matriz de la corrupción político-estatal es mucho más fácil de detectar: se puede ver en una licitación que debería tener varios oferentes pero se le da el negocio a uno directamente y con sobre precios. En el sector privado, y la AFA lo es, no hay ese nivel de compliance. Hay más discrecionalidad”, compara el baqueano de los círculos de poder del fútbol argentino. Tapia y la triple castaEn Chiqui Tapia confluyen tres capas geológicas que, por oposición, alimentan y convienen a la identidad del fenómeno Milei. Con la AFA, el mileísmo acelera en modo terremoto: sueña con un logro, fracturar la casta del fútbol, la casta del sindicalismo y la casta del kirchnerismo en una sola movida. De hecho, en 2024, la AFA y el sindicalismo fueron los más exitosos en frenar los ímpetus reformistas de la gestión mileísta. Por un lado, la CGT judicializó el capítulo laboral del Decreto 70 y artículos laborales de la Ley Base. El sindicalismo se impuso sobre Milei: la justicia suspendió su aplicación. Por su lado, la AFA presentó un amparo para suspender la autorización de las famosas SAD, autorizadas en el Decreto 70: la justicia falló a favor de la suspensión. La reforma laboral y el ingreso de capitales privados a los clubes de fútbol, dos de las reformas estructurales centrales del proyecto de país modelo Milei, quedaron en la gatera. Tapia es el Aleph perfecto en este contexto: en su figura se superponen múltiples batallas identitarias caras al mileísmo. Para el Gobierno, poner el foco en el desmonte del poder de Tapia es, por un lado, apuntar por elevación al poder del sindicalismo. La construcción de poder de Tapia parte de Camioneros y su dispositivo de poder y negocios político-sindicales y escala hasta su retirada del mundo sindical y su consolidación en la AFA y el poder del fútbol. Tapia llegó a la Ceamse a partir de su rol sindical en la rama de recolección de residuos y de su vínculo familiar con Hugo Moyano, el jefe de Camioneros que tiene, desde hace años, la representación sindical de los recolectores de basura. Con ese aval, llegó a vicepresidente del Ceamse en 2015, cuando todavía era yerno de Moyano. Fue un acuerdo del líder de Camioneros con Macri y Larreta: a Ciudad de Buenos Aires le corresponde nombrar al vice de la Ceamse; a Provincia de Buenos Aires, su presidente. En el capítulo más reciente, el kirchnerismo juega fuerte en las capas de poder que suma Tapia, ya distanciado del sindicalismo de Camioneros: es Kicillof el que lo repuso en el Ceamse y lo ascendió a presidente cuando el año pasado Jorge Macri lo desplazó de la vicepresidencia. La judicialización de las SAD, impulsada por Mauricio Macri, alejaron al macrismo y a Tapia. A nadie le hizo ruido hasta ahora Tapia y su pluriempleo de trabajos full time, incompatible en tiempos, uno en el Estado.¿Es posible imaginar el fin de ese delirio endémico, el poder discrecional y la falta de transparencia de la Asociación del Fútbol Argentino? Es la nueva utopía que empuja el oficialismo de Milei. En el año 2 de la Argentina mileísta, la sentencia definitiva y la prisión efectiva de una expresidenta, un hecho único en la historia de la Argentina, le dio forma a la expectativa del inicio de un nuevo ciclo. La AFA se presenta como un contendiente con similitudes: una opacidad de décadas, con un entramado que entrecruza el fútbol con la política de forma transversal. Pero, según el baqueano del fútbol argentino, es una ruta del dinero mucho más difícil de rastrear. La DGI de Milei cree haber dado el primer paso con la investigación a Ariel Vallejo y Sur Finanzas. ¿Se cierra el círculo sobre Tapia? Faltan miles de horas de vuelo judiciales para saberlo. El experimento Milei, ¿llama o fuego reformista? Lo importante para el Gobierno no es necesariamente ganar esa guerra sino competir: abrir la posibilidad histórica de dar la batalla cultural contra otras versiones de la casta. Insistir con su visión sobre el futuro argentino: el capital privado y la potencia constructiva de la libertad de empresa también llegando al mundo del fútbol. La batalla de las SAD. Nada de lo argentino le es ajeno al aceleracionismo mileísta: esa escalada preanuncia las formas que puede adquirir el mileísmo en su camino al dominio total de la cancha política y social y del sentido común. Del momento inaugural al momento hegemónico: ¿cuáles son los signos de que ese salto es posible? Y si lo es, ¿que es sostenible y positivo para la Argentina?Por detrás de la coyuntura anti-AFA, se recorta la gran pregunta argentina de hoy y desde hace dos años: ¿la experiencia Milei arde como una llama que se extingue rápido o como un fuego que dura hasta transformarlo todo? Si se termina, ¿implosiona o explota? En una semana, comenzarán los dos últimos años del mandato de Milei. ¿Será el primero o el único? La cuestión es si su gestión ya quedó libre de riesgos. Si no es así, la siguiente cuestión es el tipo de riesgos que enfrenta: el proyecto Milei se juega entre la suerte, lo que está fuera del control de la gestión, y la praxis, lo que el Gobierno debería controlar aunque no siempre lo hace. La peor conjunción posible es la de mala suerte y mala praxis. La más probable, algo de suerte con algo de mala praxis.En 2025, la buena suerte de un trumpismo atento a América Latina jugó a favor de la mala praxis política del Gobierno, y de sus meses de mala praxis económica, con tasas altas, corrida cambiaria y falta de reservas: el “whatever it takes” que le regaló Bessent al gobierno de Milei, se lo acaba de conceder también a Honduras. Así lo planteó Trump en las redes sociales: “Si Tito Asfuras gana la presidencia de Honduras, Estados Unidos le concederá un gran apoyo. Si no gana, Estados Unidos no va a tirar dinero detrás de una mala causa porque el líder equivocado sólo puede acarrear resultados catastróficos para un país, no importa cuál país sea”. Falta ver si el resultado electoral en Honduras confirma lo acertado de la política de Trump, como le funcionó con Milei: hermanados en esa suerte. En el plano de la praxis del Gobierno, está la interna política, bajo el control de Karina Milei por el momento, y los conflictos externos con los votos opositores que el Gobierno necesita en el Congreso. El tema AFA puede encajar en el vínculo complejo con los opositores blandos. El baqueano de la AFA tiene una hipótesis: que la batalla contra Tapia es una estrategia para concederle algo a Macri, finalmente. “El único golpe de Estado a la AFA aceptable para Infantino sería un Macri presidente de la AFA. Ya es presidente de la Fundación FIFA. Milei cree que con eso desactivaría a Macri: tenerlo desocupado siempre es un problema político”, asegura el baqueano. La movida Milei vs AFA no sólo como batalla cultural sino como movimiento táctico para domar el cuadrante de centro derecha. El control de la cancha política es tan central como el de la macroeconómica. Ayer se conoció el nuevo Índice de Confianza Social en la Moneda (ICSM) que produce la Universidad de San Martín. “El Índice de noviembre muestra estabilidad crítica y un giro en el humor social: crece la expectativa de que el Gobierno puede estabilizar el peso”, es la conclusión central del informe. “La proporción de personas que cree que el Gobierno podrá estabilizar la moneda aumentó de manera significativa”, dice el informe. Retrocede el “pesimismo duro” y avanza el “optimismo sobre este logro del Gobierno”, concluye. La cuestión es si la pax de diciembre anticipa una sostenibilidad duradera de esa confianza en la gestión del Gobierno. El riesgo siempre es que el Gobierno confunda sus batallas. La batalla de la AFA tiene sus costados delicados: Messi está siempre en el medio de esa guerra. Y el Mundial está a la vuelta de la esquina.
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De la ruta del dinero AFA al destino de la Argentina mileísta
02/12/2025
