Se trata de un predio de 1300 hectáreas que Michael Jackson compró en 1998 y transformó en un lugar mágico que tenía un parque de diversiones, un zoológico propio y una mansión de seis habitaciones.
Según la revista Forbes, los dueños actuales no pueden pagar los gastos. Gran parte de las instalaciones que se construyeron cuando la estrella del pop era su dueño fueron desmanteladas y el lugar recuperó su nombre original. Por su parte, el edificio se mantiene en pie.
El artista lo había comprado 17 millones de dólares al magnate del golf William Bone y le dio vida a su sueño. Luego de su problema judicial, donde fue acusado por el abuso de menores, el cantante no volvió al rancho “Neverland”.
