El millonario estadounidense Michael Oliver construyó una isla artificial sobre un banco de arena denominado Arrecifes Minerva. Al estar fuera del control de cualquier otra nación reconocida, buscó impulsar su propio país para no pagar impuestos ni tener que responder a un gobierno. El experimento molestó a naciones alrededor del mundo y marcó la historia para siempre. La historia del millonario que buscó crear un paísEn 1972, un empresario de origen lituano -que había sido perseguido por los nazis en su juventud y terminó radicándose en Estados Unidos- decidió fundar un país: la República de Minerva.La historia de este intento de país liberal fue contada por el historiador de Cornell Raymond B. Craib en su libro Adventure Capitalism (“Capitalismo de Aventura”, en español). El plan de Michael Oliver había comenzado en la década de los 60. El empresario llegó a publicar en 1968 un manifiesto libertario, titulado «Una Nueva Constitución para un Nuevo País», donde dejaba claras sus ideas de libertad y de nuevo gobierno. Algo no tan loco, si se tiene en cuenta que fue el único miembro de su familia judía que no fue asesinado durante la Segunda Guerra Mundial.Para crear la isla contrató un buque de dragado en 1971 y rellenó con arena y materiales de construcción los alrededores de un grupo de arrecifes apenas emergidos en el Pacífico Sur, ubicados en aguas internacionales entre Fiji y Tonga.La iniciativa le costó alrededor de US$10.000 semanales, un dinero que pudo invertir gracias a la fortuna que había adquirido al ser promotor inmobiliario y comerciante de metales preciosos.Cómo hizo para oficializar a la isla como la República de MinervaAsí el empresario comenzó a desarrollar su proyecto de República. Le escogió una bandera, determinó al esperanto como el idioma oficial, pensó un sistema de gobierno liberal y qué moneda utilizarían sus ciudadanos. Los asesores legales del empresario le explicaron que al ser una zona artificialmente creada y deshabitada en alta mar, podría lograr la soberanía, según informó Reason.El plan era crear un país en un territorio privado donde la estructura social se generara principalmente mediante contratos e intercambios. El gobierno iba a estar financiado íntegramente con contribuciones voluntarias.En 1972, Michael Oliver creó una junta directiva y declaró al territorio oficialmente la República de Minerva, enviándole una carta con el anuncio a más de 100 naciones de todo el globo, pero ninguna reconoció a la isla como país. El problema internacional que llevó al fin del sueño del empresario estadounidenseNo solo no fue aceptada por el resto del mundo, sino que la oficialización de la República molestó al cercano Reino de Tonga. El rey Tupou IV convocó a una reunión de los países vecinos del océano Pacífico y en conjunto determinaron que los arrecifes donde estaba la isla artificial eran de Tonga.En junio de 1972, las tropas navales tonganas desembarcaron en Minerva y se apropiaron de la isla artificial. Así, el sueño de liberación del empresario estadounidense duró solo días. La isla terminó olvidada por Tonga y se perdió entre las aguas del Pacífico Sur.
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Construyó una isla artificial en medio del Pacífico y buscó impulsar su propio país para no pagar más impuestos
03/06/2025
