Por Mariano Alonso Belamendia
Suave y frontal, Mariano Castro está en el séptimo piso del edificio donde funciona la discográfica con la que trabaja. Viene de dar una serie de entrevistas y está a punto de sentarse y dar otra. Se saca la campera de cuero marrón, «parezco Ubaldini» bromea, y reconoce que desde que se puede escuchar música en streaming no para de encontrar nuevas bandas y que el género indie es el que le encontró la vuelta a la escena en los últimos años.
Dread Mar I siempre estuvo en el foco de la tormenta, recibió críticas de todo tipo, que es un careta, que no hace reggae, que se puso la gorra, a esta altura sabe que tiene millones de ojos bombardeando su figura, la de músico cuya popularidad creció exponencialmente en los últimos años generando amor y odio. A días de presentar su séptimo disco En el Sendero el músico siente la necesidad de contar cierta evolución, una maduración en la forma de moverse y hasta un cambio en sus prioridades. «Soy papá, creo que la prioridad viene por ahí, y por formar algo sólido para alguien que se va a quedar acá cuando vos no estés», le cuenta a La Viola Web en una nueva entrevista de la tanda eterna.
En su último álbum planta más firme que nunca su bandera de la paz. «Creo que eso se encuentra con el tiempo. Encontrar tranquilidad en tu vida: limpiar situaciones que no te gustan. Gente que tampoco te gusta. Eso fue lo que me pasó. Me siento tranquilo por eso, por haber depurado cosas que realmente me hacen mal. Ser rehén de situaciones que no tenés ganas de vivir».
Puedes sentirte en el fondo del mar, pero siempre habrá aire donde buscar. Correr, correrás mirarás mirarás. Y siempre una salida encontrarás, dice la letra de «No te asustes ahora» primer corte de este último trabajo. El verso de la canción podría ser un escudo con el que el músico se defiende. «Un amigo mío, cuando eramos muy chico me dijo: ‘Marian, lo peor que te puede pasar en la vida es que todos te quieran, porque van a estar esperando que falles. Cuando te volvés popular la gente está esperando que falles’ y tenía razón. Lo que me da más miedo es que estés en el ojo de la tormenta y todos estén viendo lo que estás haciendo.
