Cuando el vuelo 175 de United Airlines impactó contra la Torre Norte, Paul McCartney estaba sentado esperando el despegue de su avión en el aeropuerto John F. Kennedy. El beatle fue testigo directo de los atentados al World Trade Center y el cierre del espacio aéreo sobre una Nueva York en shock.
McCartney le estaba dando los toques finales al excelente Driving Rain, que incluía el single “From a Lover to a Friend”, una canción en la que intentaba lidiar con la muerte de su esposa Linda. Al instante, anunció que las regalías del tema serían donadas a las familias de los bomberos muertos en el atentado. Pero sintió la necesidad de hacer algo más y ayudar a la ciudad que lanzó al estrellato a Los Beatles en 1964. El 12 de septiembre tenía listo “Freedom”, un tema destinado a ser coreado por miles en el que levantaba bandera por los derechos sociales y que se convertiría en un clásico durante su gira por Estados Unidos de 2002, su primer tour desde 1993.
McCartney se puso al hombro la organización de un concierto solidario que reuniera a las principales figuras de la música mundial apenas 40 días después del ataque terrorista y planeó el debut de la canción en el recital, con Eric Clapton como guitarrista invitado. El 20 de octubre, junto a Los Rolling Stones, David Bowie, The Who, Elton John y Bon Jovi, entre otras luminarias, se llevo adelante el show en el Madison Square Garden -con bomberos, policías y familiares de víctimas invitados en las primeras filas- y se recaudaron más de 100 millones de dólares. El beatle cerró la noche, tocó dos temas de Driving Rain, un clásico de los Fab Four y se guardó para el cierre su nueva canción, que cantó junto a todos los invitados famosos y rescatistas.
Ante la enorme recepción del público, Paul frenó la edición de su nuevo disco, volvió al estudio e incluyó el nuevo single como track oculto para que el público pudiera disfrutar de ella. El dinero generado por el tema fue entregado a la organización Robin Hood, que distribuyó fondos a las familias de las víctimas y a los trabajadores de emergencia de Nueva York. McCartney volvió a interpretar el tema antes del Super Bowl XXXVI en febrero de 2002, con un telar de la Estatua de la Libertad de fondo y más de 500 chicos sobre el escenario, que representaban a los 180 países a los que llegaba la señal del partido.
Después de la ocupación del gobierno estadounidense, comandado por George Bush, en Iraq, Paul dejó de tocar el tema en vivo para que no se tergiversara su mensaje. “Creo que fue secuestrada un poco y se convirtió en algo un poco militarista. Mi canción está orientada hacia la lucha de derechos ‘en el sentido de los derechos civiles, no significa ‘Sal y golpea a la gente’”, le dijo al Daily Telegraph en 2010.
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