Para cuando finalmente Let It Be -originalmente titulado Get Back– vio la luz, el mundo era muy distinto. Un mes antes, Paul McCartney había comunicado la decisión de no volver a grabar con Los Beatles.
El álbum fue un proyecto expansivo que quedó trunco gracias a la descomposición de las relaciones personales dentro del grupo. Tras las agotadoras sesiones del disco The Beatles (conocido como el Álbum Blanco), el grupo necesitó cambiar su dinámica para afrontar una nueva realidad. La idea era revolucionaria y, a la vez, atractiva: volver a las raíces. Después de un disco expansivo, experimental y hermoso, necesitaban volver a conectar entre ellos para saber si la magia seguía existiendo.
Mudaron su vida lejos de los Estudios EMI (Abbey Road) y decidieron documentar, por primera y única vez, el backstage detrás de las sesiones de grabación de la banda más grande del mundo. El resultado fue caótico desde el principio. El ambiente de los Estudios Twickenham no le caía en gracia a ninguno de los cuatro. Acostumbrado a las largas sesiones nocturnas, cumplir los horarios de la industria cinematográfica implicaba levantarse temprano y trabajar con horarios fijos. Los primeros ensayos fueron horribles. La banda sonaba desajustada y discordante.
A lo largo de los 80 minutos que dura la película Let It Be, que ganó un Oscar en 1970, las cosas se van poniendo cada vez más intensas. Las peleas entre Lennon, McCartney y Harrison eran una fija de cada día, sumado al ambiente casi lúgubre y la falta de cohesión entre la música. Tras cajonear el álbum después de un mes de ensayos y grabaciones, Los Beatles parecía haber pasado pasado a mejor vida. Lennon le entregó las cintas a Phil Spector -por primera vez en su carrera no trabajaron con George Martin en un álbum- y el grupo se abocó a la grabación de Abbey Road, el verdadero epílogo de una carrera gigante.
La producción de Spector
Phil Spector llegaba con credenciales de sobra para producir (o intentar salvar) las grabaciones. Durante principios de los ’60 ganó popularidad por su “pared de sonido” y terminó agregando coros femeninos y arreglos orquestales a las canciones. Dentro de un proyecto que apuntaba a volver a las raíces, la decisión de convocarlo sumó más conflicto en el binomio Lennon/McCartney, con este último protestando por no tener dominio sobre sus propios temas.
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Sin embargo, y pese a las condiciones naturales del registro, el resultado tiene poco de elegíaco. Las canciones sobresalen por su impulso y su belleza. Más allá del tema que da nombre al disco, composiciones como “Across the Universe”, “The Long and Winding Road” y “Get Back” se inscriben entre lo mejor que grabó el cuarteto en su carrera. Lanzado el 8 de mayo, constituyó una despedida en fade out no acorde a las expectativas.
El nuevo documental de Peter Jackson
A finales de 2020, Peter Jackson presentó el primer avance del nuevo documental sobre la grabación de Let It Be en el que viene trabajando durante los últimos años y que apunta a reescribir su propia historia (la conocida y la que nos contaron ellos) a través de 60 horas de material inédito.
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Las imágenes que nos muestran echan por tierra todo atisbo de pelea, discusión y malentendido enojo los días que duraron las sesiones. Incluso el estudio de Twickenham parece luminoso en comparación al galpón frío que se deja ver como cárcel creativa en la película original. “A sneek peak”, como fue subido el adelanto, tiene la capacidad de vincularnos y otorgar una nueva visión, de enterrar preconceptos y de desacreditar la “historia oficial” contada durante 50 años.
“Get back” llegará en agosto para darle un final feliz a una película que duró menos de diez años y que trascendió su tiempo para encerrarse en la memoria emotiva y personal de cada oyente.
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